Las cigarreras y el mito de Carmen.

Con la “Ciudad a través de sus personajes” pretendemos conocer, o redescubrir, distintos lugares de la ciudad, al tiempo que recordamos a personajes que desarrollaron sus vidas, reales o ficticias, en dichos lugares.


El pasado 26 de febrero de 2011 desarrollamos el quinto capítulo de esta serie, dedicado en esta ocasión a las cigarreras y el mito de Carmen. Al final de esta reseña, se puede descargar el documento preparado sobre este tema.

Carmen 1


Los lugares visitados fueron la antigua Real Fábrica de Tabacos, hoy sede de la Universidad Hispalense, y la plaza de toros de Sevilla.
Para la visita del recinto de la calle San Fernando, estuvimos acompañados por un guía dispuesto al efecto por el Servicio de Extensión Universitaria de la Universidad de Sevilla. Recorrido interesante por la capilla, patios, paraninfo, sala de rectores, sala de juntas y antigua cárcel.


Posteriormente nos trasladamos a la sede de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, donde fuimos recibidos por D. Nicolás Coronel Medina, miembro de su Junta de Gobierno, y por su mujer, Dª Zenaida Gil-Delgado Morales. Tuvimos el honor de que fueran nuestros amables anfitriones y los excelentes guías que nos acompañaron por las distintas dependencias de esta casa proyectada por Aníbal González. Nos explicaron los orígenes, el presente y los fines de la corporación Maestrante. Preciosa la nueva biblioteca. Una visión que incitaba al recogimiento la de la hermosa capilla vacía de público. Interesantísima la colección de arte contemporáneo que la Real Maestranza va atesorando, desde el año 1994, con sus carteles anunciadores de la temporada taurina… Y la contemplación del coso con las gradas vacías desde el Palco Real en una mañana soleada… Todo perfecto…hasta la cerveza estaba en su punto.
Muchas gracias por vuestra hospitalidad.


Concluimos en Triana, barrio de cigarreras y donde Prosper Merimée situaba la taberna de Lillas Pastia, con sus aires taurinos y flamencos. Sol y sombra, fue nuestra alternativa a aquella taberna del XIX, con una cocina que en poco debe diferenciarse a la de aquella época.

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