LA IGLESIA DE SANTA CLARA RECUPERA SU ESPLENDOR...VEINTICINCO AÑOS DESPUÉS

"Nuestro mundo tiene necesidad de esta belleza para no perderse en la desesperanza" decía el arzobispo de Sevilla en la bendición de la iglesia del antiguo convento de Santa Clara al culminar los trabajos de restauración tras más de un cuarto de siglo cerrada al culto y a las visitas. "La ciudad recupera desde hoy una de sus grandes joyas ocultas del patrimonio religioso" dijo el entonces alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz. "La recuperación de la iglesia de Santa Clara se ha afrontado con grandes expectativas e interés mediático, por su relevancia patrimonial en la capital andaluza" anunciaba la cadena COPE. "Expectación por ver la restauración de la iglesia de Santa Clara, en Sevilla, que cuelga el cartel de completo para las jornadas de puertas abiertas" difundía la agencia Europa Press. "Santa Clara vuelve a brillar en el corazón de Sevilla", titulaba ABC. "Solo los cinco retablos de Martínez Montañés son razones más que suficientes para que esta joya vuelva a recuperarla la ciudad para su uso cultural y cultual" publicó Diario de Sevilla

Todos los medios de comunicación locales y algunos nacionales se hicieron eco del importante hito cultural que, sin lugar a duda, supuso, tras años de parálisis municipal, la finalización de las tareas de restauración previstas en el acuerdo de cesión del convento de Santa Clara por parte de la Archidiócesis de Sevilla al Ayuntamiento. El proceso fue largo, pero feliz su final, concluyó con la obtención del "Premio al mejor proyecto andaluz de conservación" otorgado por la Asociación de Museólogos y Museógrafos de Andalucía en reconocimiento a la calidad de los trabajos llevados a cabo en los retablos, artesonados, sillerías de los coros, pinturas murales, portada y azulejería. Por una vez hubo unanimidad, todo el mundo aplaudió y coincidió en la importancia de la recuperación de esta joya desconocida por muchos tras más de dos décadas de abandono.

Pero una vez pasada la solemnidad del acto de reapertura, concluida la semana de puertas abiertas, apagados los focos de las cámaras y diez meses después de que dejara de tener interés mediático, visitó el templo nuestra asociación. Costó semanas concertar la visita. La persona responsable de las llaves nos dijo que muy pocos grupos, solo dos o tres, habían acudido a visitarlo tras el entusiasmo de los primeros días. Nuestra admiración al entrar en la iglesia no fue suficiente para aplacar la tristeza que nos produjo el estado en el que se encuentra la placita situada junto al compás, basura, matojos y abandono. Al parecer la limpieza y arreglos de esa zona le corresponden al Ayuntamiento y parece que en diez meses no ha tenido interés o encontrado el tiempo ni la modesta cantidad de dinero que debe suponer su acondicionamiento. Algo incomprensible, teniendo en cuenta la importancia que este monumento tiene y así proclamaron en su reapertura todos los estamentos civiles, eclesiásticos y medios de comunicación. Qué menos que mantener limpia la antesala del espléndido tesoro que te encuentras a continuación: retablos, azulejería, sillerías, pinturas, restos del antiguo palacio de don Fadrique. Lo más difícil y costoso ya está hecho, falta lo más sencillo y económico, mantener limpios los accesos, arreglar esa coqueta placita con naranjos alrededor de una fuente procedente de la antigua Universidad de Sevilla, según nos dijo María Elvás, de Atrium, la excelente guía que habíamos contratado. En la reapertura el arzobispo dijo que "Es la culminación de una historia de ilusión", pues que la ilusión no sea flor de un día y que no la perdamos viendo el abandono de la entrada.

Y algo fundamental también: es importante fomentar o, al menos, facilitar las visitas culturales, porque, además de ser una fuente de ingresos, es la vía para que turistas y residentes conozcamos este monumento, porque ya sabemos que lo que no se conoce no se valora y lo que no se valora no se protege.

José Molina, diciembre 2023

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