EL ARTE DEL RENACIMIENTO EN SEVILLA


Durante el siglo XVI, Sevilla vivió su siglo de oro. Fue una época de un vigor económico, cultural y artístico como nunca había, ni ha vuelto, a conocer en su historia. Una época dorada a la que se llegó como consecuencia de la riqueza que reportó a la ciudad el comercio con el nuevo mundo recién descubierto y la designación de Sevilla como sede de la Casa de la Contratación. Esta pujanza económica atrajo a la ciudad a grandes comerciantes, banqueros y emprendedores de la época y, como consecuencia de ello, a grandes artistas, humanistas y escritores, que, con sus obras, contribuyeron a que Sevilla fuera llamada, la "Nueva Roma". En palabras de Fr. Tomás de Mercado, Sevilla pasó "de ser un apéndice de Europa a ser el centro del Mundo", cita recogida por Vicente Lleó Cañal en su libro "Nueva Roma: Mitología y humanismo en el Renacimiento Sevillano"

A todo lo anterior habría que añadir, como nos dice Teodoro Falcón en una "Tribuna abierta" de ABC de Sevilla, "El papel de mecenas de la monarquía (Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II); el de la aristocracia sevillana (los Enríquez de Ribera); el de la Iglesia, a través de arzobispos y miembros del Cabildo Catedral; el prestado por la Universidad, que tuvo su origen en el Colegio de Santa María de Jesús, fundado en 1505 por un canónigo de la catedral; la labor que realizó el Ayuntamiento, integrado por aristócratas y caballeros veinticuatro; además de la labor desarrollada por miembros de la clase media: poetas y escritores (Juan de Arguijo)". Pues en ese hervidero cultural y económico se fraguaron las 34 obras que se exponen en el Museo de Bellas Artes, en la muestra "El arte del Renacimiento en Sevilla".

La exposición está dividida en tres partes: "La contribución del Renacimiento Italiano"; "La aportación de los artistas del norte", unos artistas que, según Emilio Rubio, nuestro guía en la exposición, "a diferencia de los italianos, vinieron a Sevilla para quedarse". En la presentación de la muestra, los comisarios de la misma, también resaltaron el hecho de que algunos artistas procedentes del norte de Europa se afincaran en Sevilla y castellanizaran sus nombres y apellidos, casos de Alejo Fernández y Pedro de Campaña, por ejemplo, ambos presentes en la exposición. La tercera parte de la muestra está dedicada a Sevilla como crisol artístico de todas estas influencias recibidas de los artistas extranjeros que llegaron a la ciudad.

En "El arte del Renacimiento en Sevilla" podemos contemplar obras procedentes de los fondos del propio museo, como la "Virgen de Belén" de Torrigiano, "Calvario" de Lucas Cranach o el bello anónimo flamenco "Llanto sobre Cristo muerto". Otras están cedidas por entidades como el Museo del Prado "La Flagelación" de Alejo Fernández; por la catedral de Sevilla "Virgen del Reposo" de Miguel Perrín o las santas Justa y Rufina de Esturnio; la catedral de Burgos: "Pentecostés" de Pedro de Campaña; parroquias como la de San Vicente de Sevilla, que ha cedido el magnífico tríptico de Jan Sanders van Hemessen, en el que aparecen retratados miembros de la familia Bravo de Laguna. También hay obras procedentes de colecciones particulares, como "La Virgen con el Niño con san Juanito y santo Domingo" de Luis de Vargas, además de otras interesantes piezas procedentes de distintas iglesias de Sevilla y su provincia.

Finaliza la exposición en la sala del museo que ocupa la nave de la antigua iglesia del convento mercedario y en la que se muestran monumentales obras del barroco, Murillo, Zurbarán, Roelas, en dicha sala se han instalado, suspendidas del techo, las pinturas que decoraban el salón de la antigua Casa de Arguijo, posteriormente trasladadas al palacio de Monsalves, y que, según Teodoro Falcón, conforman uno de los tres grandes techos pintados más importantes existentes en Sevilla, junto con el de la Casa de Pilatos, y las del salón de pinturas del Palacio Arzobispal.

Febrero 2023

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