UN TESORO EN LA BIBLIOTECA DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA

Los fondos de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla tuvieron su origen en el legado de Maese Rodrigo, fundador del colegio de Santa María de Jesús, germen de la Universidad Hispalense. La biblioteca se ha ido enriqueciendo a lo largo de sus quinientos años de vida con otros legados y donaciones recibidos, pero, fundamentalmente, hubo dos momentos históricos que posibilitaron que la calidad y cantidad de sus fondos dieran un salto exponencial: La expulsión de España de la Compañía de Jesús en 1767, que supuso la incorporación de importantes y numerosas obras propiedad de esta orden, entre otras el primer libro impreso de la historia, “La Biblia de Gutenberg”, considerado por muchos, si no el más bello, sí el libro más valioso del mundo. El segundo momento histórico fue la desamortización de Mendizábal, gracias a la cual, numerosos libros, manuscritos y documentos, procedentes de monasterios sevillanos desamortizados, pasaron a ser propiedad de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla. Todo ello ha conformado un fondo bibliográfico compuesto por 332 incunables, 1.217 manuscritos y decenas de miles de obras de todas las épocas y de todas las ramas del conocimiento humano.

Al finalizar nuestra visita nos entregaron un cuidado librito titulado “Un tesoro en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla”. Realmente es cierto el título del libro, hay un tesoro en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, pero, en mi opinión, es un tesoro insuficientemente conocido por la sociedad y ya sabemos, que lo que no se conoce no se valora y si la sociedad no lo valora lo suficiente, me temo que los que tienen que repartir las dotaciones presupuestarias tendrán menos dudas a la hora de recortar o de no dotar una asignación presupuestaria acorde a su importancia, a su valor y a sus necesidades. También hará menos probable la recepción de donaciones y legados procedentes de la sociedad civil. Una insuficiente dotación presupuestaria le impedirá, le impide, por ejemplo, tener restauradores en plantilla. Los que dirigen este tesoro tienen que plantearse objetivos mucho más ambiciosos que restaurar un libro cada año. La calidad y cantidad de libros que componen el Fondo Antiguo de esta biblioteca se lo merecen.

Dejar constancia que la visita nos resultó muy interesante, Almudena Iturri, que amablemente nos atendió, transmite amor por los libros, por su trabajo y orgullo por la importancia del fondo que custodian. No es para menos. Se nos pasó volando la hora y cuarto en la que pudimos disfrutar de sus explicaciones y viendo algunas páginas de maravillosos libros como “Las apostillas de Nicolás de Lyra”, de “El sueño de Polifilo”, de los primeros registros de estudiantes de la, en aquella época, incipiente universidad sevillana. Vimos con nuestros propios ojos la negra huella de la censura inquisitorial sobre determinados pasajes de algunos libros, conocimos el “Índice de los libros prohibidos y expurgados”, contemplamos los maravillosos grabados de Hoefnagel, en “Civitates Orbis Terrarum”.

Pues sí, hay un verdadero tesoro en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, como también tenemos otro gran tesoro en la Biblioteca Colombina y otro inmenso en el Archivo de Indias y si sumamos a ellos los aún menos conocidos que hay en las bibliotecas y archivos centenarios de los numerosos monasterios de clausura que siguen vivos en Sevilla (la ciudad del mundo con más instituciones de este tipo después de Roma), podemos decir sin temor a equivocarnos que la riqueza, la importancia de los fondos bibliográficos y documentales que hay en esta ciudad es de las más importantes de España.

José Molina
Septiembre 2022

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